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Don José Trinidad Contreras comenzó a DISTINGUIRSE jimando magueyes desde muy temprana edad.
Allá por los años de 1840 en adelante por la loma de las granjenas y los soyates donde en 1845 se fundara el pueblo de Valle de Mazamitla hoy Valle de Juárez, Jalisco y ahí puso la primera vinata de la que se tiene memoria en la región.
La tradición oral de la familia Contreras se ha preservado como una joya de valor pulida con el trabajo, la costumbre y la DISTINCIÓN que empieza fermentando maguey verde de la sierra más conocido como mezcal bruto, cocido en hornos bajo la tierra, molido con mazos de encino colorado y fermentado en tinas de roble blanco.
A la producción de tequila como la parte de la vida de los años de la segunda mitad del siglo XIX en Valle de Mazamitla J. Trinidad Contreras también le dá a la región queso, mantequilla, aparejos, huaraches, azadones y capotes, en manos de sus hijos Jesús, Felipe, Trino, José y Pascual que son los que lo siguen en el oficio apoyado por su descendencia de 11 hijos.
La tradición del tequila la toman sus hijos Jesús y Trino y la llevan hasta llegar al siguiente siglo forman una sociedad de hermanos donde uno produce y el otro vende, mantuvieron el oficio por los caminos y en la casa a fuerza de balazos para lograr el orden con su habilidad para corretear bandidos, tenían buena peonada y grandes extensiones de tierra.
Por el año 1895 cuando J. Jesús Contreras además de productor de tequila, era comisario político y promotor de la creación del Municipio de Valle de Mazamitla, Jalisco, que se da en ese mismo año, así como organiza la fiesta de la municipalidad organiza las kermeses en la plaza pública.
Las kermeses siempre fueron las fiestas populares y socorridas por la gente de todos los ranchos aledaños, había gente rica, buenos caballos y armas en manos de los acomodados, para los pobres la plaza pública les creaba un ambiente de libertad y al mismo tiempo de distinción con el rico, lo único que igualaba a pobres y a ricos era el consumo del mismo tequila producido por Don J. Jesús Contreras decía don Jesús el único DISTINGUIDO es mi tequila que alegra, ataranta y se recuerda al siguiente día con otro Trago.
Tiempos donde el vivir lo conformaban una familia numerosa, unas cuantas vacas por hogar, puercos, gallinas, maíz, frijol, ropa sencilla, trabajo de sol a sol, misa los domingos, pistola al cinto, un jacal según el rango, el respeto a la ley y el temor a Dios, todo tan común como el respirar, todo tan necesario como la fé, todo tan insustituible, tradicional y DISTINGUIDO como el tequila.
La región del Valle de Mazamitla estaba atravesada por diversos caminos reales, por donde Trino Contreras hermano de Jesús salía cada seis meses en dos atajos de 60 mulas cada uno a vender el tequila que producían en pequeñas fábricas en la barranca del pozole, la barranca agua fría pegada al pueblo y la barranca de La Lagunita, donde estaba toda la familia. Era buen vendedor de tequila y mejor bebedor todavía, vendía y compraba diversos productos en du andar, dando la vuelta hasta Mazatlán y llegando a su tierra con una carga de oro y plata para comprar más tierras y lo que sobra enterrarlo por ahí debajo de una árbol. Corrían los tiempos del año de 1920.
Trino Contreras era el mejor y más grande arriero, el mejor exportador de tequila más allá de la frontera de los vecinos inmediatos, vivía en La Lagunita donde también almacenaba el tequila en barricas de roble blanco, mismas que se cortaban en el cerro del Tigre, en de Demasanas (Damajuanas) de vidrio soplado protegidas con cuero, petate, costal de ixtle y carrizo, en esos tiempos media el oro por cuarterones, Don Trino siempre cargaba una carabina al hombro, dos pistolas al cinto, un cuchillo, un machete, una de mazana de tequila para su uso personal y una visión bien puesta para el negocio.
El trueno de los fusiles iniciaba por el lado de San José de Gracia Michoacan, en la rebelión cristera por el año 1927. Los nuevos productores de tequila Pánfilo y Simón Contreras hijos de Jesús, le dan una tregua a la fabricación y se meten a la trifulca de los balazos y las hambreadas, a pesar de las regañinas de su padre y de su tío Trino que ya no tenía que vender, entonces se dio un receso y se dedicó a ver a los defensores de Cristo Rey.
No sólo el tequila se escaseo por un rato, también el maíz, el frijol y el ganado, los hombres con el Cristo en el sombrero habían acabado, esos que eran hombres detrás de la salvación más que de tierras y dinero, querían ser mártires, ídolos y santos, querían defender a Dios con un tequila en la panza y con unas armas viejas.
La nueva generación de tequileros Pánfilo y Simón Contreras se cansaron de la refriega por los cerros y que se devuelven a sus barrancas a seguir produciendo el tequila en 1930.
Los balazos estaban por acabarse, la mujer de Pánfilo traía en los brazos a un futuro tequilero llamado José, los defensores del pueblo estaban a punto de renunciar a sus puestos esperaban el pleito con los cristeros y estos nunca llegaron, les dió más duro el sol y el aburrimiento, el mundo se modifica cuando dejan de tener en 1930, circulación legal las monedas de oro y plata ya no iba a ser fácil guardar el dinero.
Por ese tiempo el tequila trajo al pueblo de Valle de Juárez, el primer radio y la primera vitola además con la música trae un gran impulso a las borracheras cotidianas, tres años más tarde llega el primer camión, ya por 1940 las vinatas siguen con ollas de barro, la tuba en pozos enjarrados con cemento, Pánfilo Contreras muele el maguey con una rueda de piedra jalada por machos el pesa mieles era una probada a una penca, el fermento se checaba con el olor, el pesalicores es la escobilla de guinumo de pino de tradición de siglos y las barricas de roble blanco, ese si era licor bueno, la gente se emborrachaba con gusto y amanecía con hambre. Pánfilo Contreras y Pomposo Chávez su suegro, le dieron buena fama a su tequila.
Pánfilo Contreras Torres prueba el negocio del tequila por diversos lugares, se fue a La Barca, a Teocuitatlán de Corona y aterriza definitivamente en su tierra levantando la vinata al pie de la baranda Agua Fría en Valle de Juárez, Jalisco.
Pone a sus hijos José, Juan y Trino a trabajar el negocio, lo arrean los tres por un buen rato y al final José se independiza y sigue su camino, ya entrados en gastos y avanzados los trabajos en la construcción de nuevos caminos así como el afianzamiento de las costumbres tequileras Don José Contreras continúa con la fabricación de tequila representando a la familia instalado primero en la misma barranca Agua Fría donde su papá Don Pánfilo le enseñó junto a sus hermanos todos
los secretos acumulados por años, y los legados por sus antecesores, ahí fue donde Don José, con las ganas de salir adelante ya piensa en una industria de las que en el pueblo no hay, y movido por sus ideales de crecimiento y basado en la gran experiencia que la familia acumula en la producción de tequila se lanza a construir una fábrica en forma en la ciudad de Acatlán de Juárez del mismo estado de Jalisco, ya que fue el lugar donde encontró el agua de calidad como la tenía en la barranca Agua Fría, agua de manantial elemento insustituible para una excelente calidad de tequila.
Ahora, desde el año 2003 la descendencia de la familia Contreras aprovechando la gran experiencia de Don José así como el amalgamar la experiencia y la tecnología de punta en la elaboración del tequila se determina hacer un producto que distingue a nuestras familias sobre lo que los demás pueden ofrecer.
De esta manera nace el nombre de Tequila Distinguido ya como una marca Registrada, basados en las familias que lo conforman, familias que siempre han sido Distinguidas en su manera de SER y de HACER las cosas del TEQUILA.
